La justicia de la isla aun necesita sacar del sistema a varias piedras que se cruzan en medio de casos para impedir que estos sean esclarecidos.
Uno de tantos casos sonados es el del abogado Carlos Cotto Cartagena de 42 años, quien murió supuestamente al caer accidentalmente de la azotea del edificio residencial Santa Teresa en Miramar el 21 de septiembre de 2018.
Según el informe, el fiscal Luis López encontró el cadáver. López formó parte de los amigos que compartieron en restaurantes y bares aquella noche con la victima. Este asegura que lo encontró cuando fue a dejar a su amiga, la Lcda. Vivian Marrero, a su apartamento en el condominio Santa Teresa, donde pernoctaba Carlos Javier.
López relato que este se encontraba sin camisa, descalzo y su cadáver estaba tendido sobre las escaleras a la entrada del edificio, esto luego de haber compartido en el apartamento con la abogada Laura I. Soto, y al acompañarla a la salida descubrió que había dejado las llaves y no podría activar el elevador para regresar a su piso. Para subir por las escaleras, rompió una cerradura en el vestíbulo, se hirió en el esfuerzo, y subió hasta llegar a la azotea. Allí intentó bajar a su piso por el exterior del edificio, acercándose al borde posiblemente para entrar por una ventana.
Se despeña en el vacío a unos 70 pies de altura, golpea el techo en cemento de la entrada y vuelve a caer sobre los peldaños de la escalera.
Pruebas toxicológicas indican .30% de alcohol en la sangre, las pruebas serológicas determinaron que la sangre encontrada en la puerta del vestíbulo, las escaleras y el techo del vestíbulo son de Cotto Cartagena.
La investigación en Justicia es promovida desde el primer día del suceso por los padres de la víctima, la exjueza María Inés Cartagena y el padre, el conocido abogado Carlos Cotto Luna.
Cotto Cartagena fue el testigo estrella del juicio contra Jonathan Román Rivera, residente de la barriada La Perla, acusado, convicto y sentenciado a cadena perpetua (105 años de prisión) por el vil asesinato del empresario judío-canadiense Adam Joel Anhang Uster, de 32 años, con residencia y socios en Puerto Rico que, al momento de su muerte, estaba recientemente casado (marzo de 2005) con Áurea Vázquez Rijos.
Este testificó, el 23 de septiembre de 2005 vio, cuando salía del estacionamiento La Cochera en el Viejo San Juan, cómo se asesinaba a cuchillazos de cocina y adoquinazos al empresario.
Jonathan Román Rivera fue identificado por Cotto Cartagena en rueda de identificación, en el pub Pink Skirt, del que era dueña Áurea, aunque comprado con el dinero de Adam, y fue arrestado ese día, 12 de octubre de 2005.
Román Rivera había acudido esa tarde al negocio por insistencias de una amiga que trabajaba de empleada doméstica de Áurea, cuando, por una casualidad muy difícil de creer, apareció el agente investigador del asesinato. Marcia, hermana de Áurea, se encontraba en el local. Luego de un breve interrogatorio allí mismo, el policía Miranda lo arrestó como sospechoso e inmediatamente fue identificado por Cotto Cartagena.
La verdad pronto surgió y el asesino Alex Pabón Colón fue arrestado, confesó su participación en los hechos y la fiscalía federal promovió la liberación de Román Rivera.
Muchos opinan que aunque Cotto Cartagena haya mentido durante el juicio contra Jonathan, al declarar bajo juramento que lo vio asesinar a Adam Joel, no existiría razón alguna para morir por ello, ya que, aunque Jonathan si es de La Perla, no pertenecía a ninguna organización criminal, por lo que elementos del bajo mundo no tendrían por que vengarse.
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